Un cliente en table dance descansando en un sofá rojo con bailarina exotica
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Shantal pasó buena parte de sus primeros 7 días en su trabajo de bailarina table dance, presentándose de una en una de las mesas de los clientes, esperando que le pagaran por sus bailes.

Esta atractiva stripper morena de 24 años sin experiencia, suponía que bastaba su belleza y atuendo sensual para que los hombres asiduos al teibol se precipitaran pagandole bailes, o al menos que sacaran la billetera para compensarle el tiempo que ella permaneciera en la mesa.

Sin embargo, pasó muchas horas sentada en sus mesas sin nada a cambio. Se había convertido en la muñeca de la mesa, y esa era la posición más cómoda de los clientes y la peor para ella: la tenían allí sin pagarle nada. 

–   Oye Ugo. Ya me harté de estar en las mesas y de que me estén tocando las piernas a cambio de nada. En el club en el que trabajo no hay copa-dama, así que ni siquiera gano por eso. Mi tiempo es completamente improductivo y no puedo continuar así – me dijo Shantal cuando nos vimos.

–   Además, cuando les pido un baile me dicen ‘al ratito me bailas‘ como si los estuviera acarrereando. Al final se inventan cualquier excusa y no me pagan o me pagan muy poco- me comentó ella.

–   ¿Acarrereando? ¡Bah! Es curioso que para tenerte sentada en sus piernas y tocándote las tuyas, sí tienen prisa; pero no la tienen para empezar a hacerte rentable tu tiempo con ellos. Lo que en realidad sucede es que, una buena cantidad de ellos sólo quieren obtener lo más por lo menos; y eso quiere decir mantenerte en la mesa con todo lo que traes encima a cambio de poco o nada. Lo que es peor es el argumento de ‘al ratito me bailas’, que muchos utilizan para postergar lo que desde un inicio ya decidieron: no pagarte – le dije yo.

–    Entonces ¿qué hago? No puedo llegar y avorazarme inmediatamente con los bailes, ni tampoco permanecer indefinidamente esperando que él decida cuándo, bajo el argumento de ‘al ratito me bailas’- me dijo Shantal con tristeza.

–    Desde luego que no. Lo que debes aprender ahora es cómo manejar esa situación que es bastante común. Como dices, es frecuente que cuando estás en la mesa del cliente, comience una negociación sobre cuándo empiezas a ganar dinero, y por lo normal el cliente tratará de postergar ese momento lo más que le sea posible. El sabe que una vez que se le acabe el dinero tu te irás a otra mesa. Por esa razón, en muchos teibols, son los meseros, los capitanes y las boleteras quienes presionan al cliente desde el primer momento que te sientas con ellos para que consuma contigo, ya sean copas-dama, bailes, privados o más. En el empleo como teibolera puedes perder, ya sea por pasar un tiempo improductivo en esa mesa, o por ser demasiado voraz al presionar por los bailes y terminar siendo cambiada por alguna otra chica menos insistente. Muchos clientes pretenden que te quedes más tiempo con ellos convirtiéndote en la muñeca de la mesa, extendiendo lo más que se pueda el momento en que tengan que pagar por tu compañía. Algunos otros si tienen el dinero para hacerlo pero no quieren sentirse mal consigo mismos reconociendo que tienen que pagar para tener a una mujer como tú dispuesta. Así que el punto clave es identificar si el cliente tiene realmente potencial e interés por pagarte o no, y para eso debes ponerlos contra la pared– le señalé.

–    Bueno, ellos no me dicen que no, sino ‘al ratito me bailas’– aseguró ella.

–    Si. Es como decirle a una persona que te encuentras en la calle y que no has visto en años, “estamos en contacto” a sabiendas de que nunca volverás a tener contacto con ella. Por lo general los hombres que hacen eso, van al club stripper tratando de mantener el mayor tiempo posible a cualquier chica en su mesa manoseándola. A menos que verdaderamente la bailarina stripper les disguste entonces las sacan inmediatamente de allí, pero eso es poco común. Como te decía algunos lo harán por que no tienen dinero, o por que no lo quieren perder muy rápido, y otros por que no quieren descararse haciéndolo. Es frecuente que ante la solicitud del baile por parte tuya el cliente te responda ‘al ratito o más tarde’. También puede agregar ‘es que nos estamos conociendo’, ‘por qué tanta prisa’… Y muchos otros te dirán “a mi no me interesan los bailes sino tus servicios”, lo cual exige otro tratamiento. Pero lo cierto es que no muchos te dirán francamente Yo no pago bailes ni doy propinas ni invito copas, pero me fascina tocarte las piernas. Saben que si lo dicen pues tú te retirarías de la mesa ¿no?- le dije.

–    Por supuesto. ¡Si yo estoy en las mesas buscando ganar dinero!- dijo ella enfadada.

–    Bueno. Entonces como tu has visto, eso no es una garantía de que te vayan a pagar. Así que el problema es el mismo: si tienen potencial e interés para pagarte o no. Mira, esto funciona así: Los hombres que van a un club table dance tienen, por lo general, ansias de disfrutar lo que en su vida convencional no tienen. Y desde luego cuando llegan al teibol y ven a un bombón como tú, allí lo tienen, pero entonces lo quieren al menor costo posible. Así se establece una lucha de poderes le dije yo.

–    ¿Lucha de poderes?- me pregunto intrigada.

–    Si. Lo primero que debes comprender son los objetivos y la lucha de poderes que se da con los hombres dentro del table dance:

El objetivo que ellos buscan es tener dispuesta a una chica joven, atractiva, de buen cuerpo, sexy y complaciente. El poder y nivel de poder que ellos tienen está escondido en su billetera, y lo tratan de expresar (la tengan llena o no) por medio de expresiones físicas y verbales: su ropa, su auto, su loción, sus accesorios, sus celulares; o sus frases y comentarios: ‘cerré tal negocio’, ‘conozco a’, ‘vengo llegando de viaje de’, ‘hoy no tomo alcohol por que anoche celebré con champagne’, ‘dime tu opinión sobre el BMW que me quiero comprar’, ‘la casa de campo que tengo’, ‘la casa de playa que tengo’….en fin de esas has escuchado muchas. Hasta aquí tu no sabes si el cliente tiene un poder real o es puro bluff

Ahora, respecto a ti. Tu objetivo es ganar dinero. Tu poder lo cargas contigo: eres tú misma. Y está divido en tu poder de seducción, tu poder de manipulación, y tu poder de control.  Por eso es que invertir en las 4 grandes es crítico (tu físico, tu imagen, tu actitud, y tus habilidades). También el teibol en que trabajes puede ayudarte o afectarte al formar parte de su marca – le recordé.

–    Si ya me estoy aplicando en eso – respondió Shantal.

–    Es esa lucha de poderes, y la manera en que manejas tu poder, lo que determina la posibilidad de que te paguen los bailes o tu tiempo, o no, y que tan rápido o demorado sea; si el cliente se desvive por mantenerte con el pagándote o si busca mantenerte en la mesa tocandote las piernas sin pagarte hasta que te canses y te vayas. Entonces el punto de partida es que seas consciente de tu verdadero poder. Y si lo tienes, debes ejercerlo. Si no lo tienes, entonces debes construirlo. 

Debes lograr que los clientes jueguen tu juego y no tú el juego de ellos, ya que si te permites seguir entrando al juego de los clientes estás perdida; no sólo no será suficientemente rentable tu tiempo con ellos, sino que harás gala de no contar con ningún poder. Y así cualquiera te ganará.

Por eso debes descubrir si el cliente tiene o no poder verdadero (dinero) y la intención de pagarte, para que entonces entres a jugar en ese tablero. Si no lo tiene entonces para que juegas, ¿no?

Y un cliente tiene una sola manera de mostrarte que realmente tiene con qué pagar y que quiere hacerlo contigo, y es haciéndolo. Para ver eso lo tienes que poner contra la pared haciendo uso de tu poder. Si no lo hace, para ti el resultado debe ser el mismo: no te sirve, así sea el mejor cliente del club.- enfaticé.

– Para ponerlo contra la pared debes seguir estas recomendaciones y pasos:

1. Plantéale directamente el baile. No esperes a que él tome la iniciativa. Si han pasado más de 10 minutos y él no lo ha hecho, nada te asegura que en las siguientes 2 horas lo vaya a hacer.

2. Levántate y empieza a bailarle. No le preguntes, sólo hazlo. Para eso se necesita aplomo y seguridad. Pero es una estupenda manera de ponerlo a él contra la pared: o lo acepta o lo rechaza. Y además se dará cuenta de que no estás a su disposición a cambio de nada. El requisito es que tienes que ser rápida al levantarte, quitarte el vestido y empezar a bailarle. No muchos hombres logran reaccionar rápido, y al tenerte enfrente semidesnuda no te dirá que no muy fácilmente.

3. Si te dice el ‘al ratito me bailas’ entonces EN ESE MOMENTO negocia con él una tarifa fija por tiempo fijo. A veces hay clientes que se sientes acosados o asediados por las repetidas solicitudes de bailes, chica tras chica, una tras otra. A ellos les puedes ofrecer una tarifa fija por tu tiempo, incluyendo cierto número de bailes. Dile por ejemplo: “Mira me quedo contigo 2 horas platicando, conociéndonos y divirtiéndonos. ¿Qué te parece si me quedo en tu mesa por 200 dólares y te incluyo 5 bailes?”

4. Si él insiste con el ‘al ratito me bailas’ entonces dile: está bien…’al ratito regreso entonces’. Con esta técnica estas cuidando tu prestigio. Te puede ir bien o te puede ir mal al aplicarla con ese cliente, pero lo que es seguro es que tú tendrás el control y no él. Así estarás ejerciendo tu poder.  También es seguro de que no perderás tu tiempo con un cliente improductivo. Tu tiempo vale, y tu belleza y sensualidad también.

5. Otra posibilidad para lo anterior es decirle que te están llamando de otra mesa. De esta forma lo metes en proceso de competencia y es posible que él reaccione a tu favor reteniéndote y pagándote. El sabrá claramente que tienes otras alternativas que están dispuestas a pagarte. Esta técnica la puedes utilizar aunque realmente no haya nadie esperándote en otra mesa, siempre y cuando no te vea sola para que no quede al descubierto tu táctica.

6. Otra manera es despedirte de él amistosamente, diciéndole que ESE día tienes mucho trabajo pero que podrías estar más tiempo con él y por MENOS bailes en tu día malo o improductivo. Así que él enfrentará la indirecta de que por no tener dinero no te tendrá ese día, pero que puede tener una oportunidad más accesible para su bolsillo el día que tu decidas (tu día sin clientes).

7. Lo que es fundamental es que NUNCA permanezcas más de 10 minutos con alguien a menos que se trate de un cliente tuyo asiduo y leal que esa noche requiere más tiempo. Como bailarina table dance profesional tu sabes ya, que el cliente más rentable es el de largo plazo, así que alguna consideración con ellos de vez en cuando te suma y no te resta.

8. Jamás te prestes a entrar al regateo o peor aún a la súplica para que te paguen bailes. Es tu imagen y prestigio los que saldrán perdiendo…Y te darán un pésimo trato en esa y futuras ocasiones.

9. Cuando un cliente te dice al ratito me bailas’ o cualquiera de sus modalidades, en realidad está haciendo uso de su poder y si aceptas sin actuar, estarás desprotegida jugando su juego. Estarás jugando a ciegas por que no tienes garantía de que te pague más adelante.- le recomendé dándole un beso y despidiéndome.


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Ugo Sybaris

¿Por Que Hago Ésto Para Tí?

Porque si te ayudo a tener ÉXITO, entonces es probable que hagamos cosas interesantes juntos para incrementarlo más. Desde el año 2000, he entrenado a cientos de bailarinas exóticas para profesionalizarse y tener carreras exitosas en clubs nocturnos y table dances. Conoce más de mí en éste enlace.

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