Cuando te acercas a una mesa en la que se encuentran un grupo de amigos se te presentan dos opciones: bailarle a un solo, o bailarle a varios de ellos.
Muchas chicas piensan en optimizar su tiempo, así que si la ocasión es propicia, buscarán bailarle a varios de los clientes de la mesa. Esta es una estrategia para obtener lo más que se pueda en una sola ocasión. Entonces aparentemente vas a obtener los mayores beneficios; y eso es cierto pero solo por esa ocasión.
Como te he comentado en otros de mis artículos, una gran parte de los clientes de un table dance están allí con la intención de llegar más lejos, de obtener lo que no tienen en su vida convencional, de relacionarse con una bailarina exótica.
Por otra parte en este negocio un cliente leal y frecuente es mucho más valioso que un cliente de una sola ocasión. Por ejemplo, si un cliente de una sola vez gasta 15 bailes contigo, entonces un cliente frecuente leal puede gastar en tí durante un año 5 bailes por ocasión cada dos semanas durante doce meses. ¿El resultado? 120 bailes. Ese es el poder de enganchar adecuadamente a un cliente en tu trabajo como bailarina exótica table dance. Te brinda estabilidad.
Entonces se crean dos escenarios diferentes. En el primero (si le bailas a varios de ellos) sucederá algo así:
– Increíble. La vieja que estuvo con nosotros estaba buenísima. Yo nada más estaba esperando que me bailara a mí también. Me encantó. – dice Juan.
-¡Si eh! Yo nada más veía como se le ponían los ojitos en blanco al Julio. – responde Oscar.
-¿Si verdad? Es una teibolera. – reconoce Juan ante la evidencia de que aunque le hayas encantado, él no fue más que uno más del montón.
Y se acabó. Tres amigos, 15 bailes en total.
Sin embargo, aunque esa mesa para ti fue buena durante el tiempo en que permaneciste allí, la probabilidad de que te vuelva a suceder con uno de ellos nuevamente es muy reducida.
Pero veamos el otro caso (si le bailas a uno solo de ellos).
-Increíble, Juan. La vieja que estuvo contigo estaba buenísima. Además no te quitaba su atención de encima. – dice Oscar con cierto aire de envidia.
-Sí. Yo nada más veía como ustedes hacían lo que podían con la bailarina que les tocó, pero no dejaban de ver de reojo a la MÍA. Además ya me dio su teléfono. – responde Juan.
-No mamen, si es el trabajo de las teiboleras. Sacarnos dinero a cada uno si se puede. No sean pendejos. – les dice Julio.
-Pues sí. Pero yo con ella me sentí diferente. – responde Juan, pensando que él SI OBTUVO lo que buscaba: tu atención y tu dedicación.
Así que el juego continúa. Un nuevo cliente leal y frecuente. 120 bailes al año.
En la mente masculina para 7 de cada 10 hombres que van al teibol lo importante es percibir que tiene alguna oportunidad contigo. Y ese deseo lo tienen tan profundamente arraigado en su mente que pasan por alto que finalmente tienen que pagar para poder relacionarse contigo en el club stripper en que trabajas. Así que si tus acciones están enfocadas a hacerles vivir esa fantasía y a engancharlos, entonces no va a importar lo que sus amigos le digan a Julio.
Dos objetivos diferentes. Dos estrategias diferentes. Dos resultados diferentes.